Hidratarse durante la temporada cálida es fundamental para mantener una buena salud. En los últimos años, muchas personas han optado por consumir agua mineral, la cual ha ganado popularidad no solo como una opción refrescante, sino también como una alternativa que muchos consideran más saludable frente al agua potable o purificada. No obstante, estas afirmaciones han sido objeto de debate.
Beber agua mineral diariamente puede generar diversos efectos en el organismo, algunos positivos y otros que requieren cierta precaución. Como ocurre con muchos hábitos relacionados con la salud, sus impactos dependen del tipo de agua mineral, del estado de salud individual y de la cantidad consumida.
En Kamaxoui te explicamos qué sucede en tu cuerpo cuando incorporas esta bebida a tu rutina diaria, destacando tanto sus beneficios como los posibles efectos negativos que conviene tener en cuenta
¿Qué es el agua mineral?
El agua mineral es un tipo de líquido que contiene minerales naturales disueltos, como calcio, magnesio, potasio, sodio, sulfatos y bicarbonatos. Supuestamente, el agua mineral debe tener un origen de manantiales, y dependiendo de su origen y el tipo de roca por la que haya pasado el agua, su composición mineral puede variar notablemente.
Existen dos grandes tipos de agua mineral:
Agua mineral natural sin gas: Conserva los minerales de origen sin añadir dióxido de carbono.
Agua mineral con gas: Puede contener gas carbónico natural o añadido de forma artificial para crear burbujas.
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¿Cuáles son los beneficios de tomar agua mineral todos los días?
1. Hidratación enriquecida en el agua mineral:
Uno de los principales beneficios de consumir agua mineral es que no solo hidrata, como cualquier otro tipo de agua, sino que también aporta minerales esenciales para el funcionamiento del cuerpo. En una sociedad donde muchas personas no obtienen suficientes micronutrientes a través de la dieta, esta puede ser una ayuda complementaria.
2. Aporte de calcio y magnesio del agua mineral:
Algunas marcas de este tipo de agua contienen cantidades importantes de calcio y magnesio, lo cual puede beneficiar a personas con riesgo de osteoporosis o calambres musculares. El calcio fortalece los huesos y dientes, mientras que el magnesio participa en más de 300 funciones enzimáticas del cuerpo, incluyendo la regulación del ritmo cardíaco.
3. Mejora digestiva:
Este tipo de agua con bicarbonato puede ayudar a neutralizar la acidez del estómago, lo que resulta útil para personas que sufren de reflujo gástrico o acidez frecuente. Además, el gas presente en algunas variedades puede estimular la secreción gástrica y facilitar la digestión.
4. Apoyo a la presión arterial:
Las aguas ricas en magnesio y potasio pueden ayudar a mantener una presión arterial estable, sobre todo en personas con deficiencias de estos minerales. No obstante, este beneficio no aplica si el agua contiene altos niveles de sodio.
5. Sensación de saciedad:
El gas que es incluido puede generar una sensación de llenura, lo cual podría ayudar a controlar el apetito y evitar el consumo excesivo de alimentos, siendo útil en algunas dietas.
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Posibles riesgos de tomarla a diario
Aunque los beneficios son varios, también hay que tener precauciones, especialmente si se consume en grandes cantidades o si se elige un tipo de agua inadecuado.
1. Exceso de sodio:
Algunas marcas contienen altos niveles de sodio, lo cual puede ser perjudicial para personas con hipertensión, enfermedades renales o problemas cardiovasculares. Una ingesta elevada de sodio está asociada con retención de líquidos y aumento de la presión arterial.
2. Malestar digestivo por el gas:
En personas con sensibilidad estomacal, gastritis, síndrome de intestino irritable o tendencia a la hinchazón, el gas presente en el agua carbonatada puede causar molestias como distensión abdominal, eructos o flatulencias.
3. Dientes más expuestos a erosión (en casos extremos):
Si bien esta bebida no contiene azúcar como los refrescos, las versiones con gas pueden tener un nivel de acidez más alto, lo que con el tiempo puede erosionar el esmalte dental. Aunque este efecto es leve en comparación con otras bebidas carbonatadas, no debe pasarse por alto si se consume en exceso.
4. Costo y sostenibilidad:
Tomar este tipo de agua todos los días puede resultar costoso a largo plazo, sobre todo si se consume embotellada. Además, su impacto ambiental es mayor si se compran botellas de plástico de un solo uso, lo cual genera residuos y huella de carbono.
¿Quiénes deben tener especial cuidado?
Personas con enfermedades renales, presión alta o dietas bajas en sodio deberían consultar con un médico o nutricionista antes de incluirlo con regularidad. Así mismo, quienes tienen afecciones gastrointestinales deben observar cómo responde su cuerpo y elegir versiones sin gas si es necesario.
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Beber este tipo de bebida todos los días puede ser una práctica saludable siempre que se haga con moderación y dependiendo del estado actual de salud de la persona que lo consuma. Es importante leer las etiquetas y conocer la composición del agua que se consume. En general, no sustituye a una dieta equilibrada, pero puede ser un complemento útil para mejorar la hidratación y aportar minerales que el cuerpo necesita.
Como en todo, el equilibrio es clave. Si disfrutas del sabor y beneficios del agua mineral, puedes seguir tomándola sin problema. Solo asegúrate de no depender exclusivamente de ella y de mantener una hidratación variada, considerando también el agua natural y otras fuentes de líquidos saludables.