La casa de los Tubos en Monterrey, una leyenda viva

La Casa de los Tubos en Monterrey, México.

¿Recuerdas ir a un lugar de visita y escuchar historias sobre ese sitio?, pues así es como comienzan las leyendas, historias reales que van cambiando con el paso del tiempo y con el paso de las voces que las cuentan. Hoy te presentamos una leyenda muy peculiar, un tanto urbana y otro tanto, viva: “La casa de los tubos” en Monterrey es una historia que te sorprenderá.

La historia comienza en México y de modo específico en Monterrey alrededor de los años 70’s, justo cuando el país se recuperaba de una tragedia (la matanza en Tlatelolco de 1968) comienza una serie de tragedias que no se pudieron anticipar y que hasta hace algunos años todavía existían los rastros de ellas.

La Casa de los Tubos

¿Una casa «maldita»? ¿Por qué?

Un hombre llegó a la ciudad de Monterrey y con él iba su familia que se componía únicamente de su hija, una niña que no podía caminar pues padecía parálisis en sus piernas. El padre de esta pequeña quería construir un lugar donde su hija se sintiera libre e independiente, así que buscó lo necesario para lograr su objetivo.

El señor encontró un terreno y un arquitecto, a quien expresó su deseo de libertad para su hija, y sin mayor problema el profesionista le propuso un plan donde toda la estructura tuviese rampas para que la niña recorriera con entera libertad su hogar. Cuando el padre preguntó cómo se podría llevar a cabo esto, el arquitecto respondió que sería una construcción tubular, es decir, una casa compuesta por edificios en forma de tubos.

Se firmó el contrato y comenzaron la construcción del nuevo hogar y después de unas semanas se comenzó a levantar la casa tubular pues los trabajadores entraban de mañana y se iban hasta que la luz solar se terminaba por completo. Sin embargo, mientras la construcción avanzaba aumentaba una tensión muy fuerte entre los albañiles, ellos se sentían incómodos y con un terror inexplicable.

Al pasar los días todo empeoró pues desaparecía la herramienta y los trabajadores se culpaban unos a otros hasta que empezaron a notarse una serie de desgracias. Cuando faltaban unos pocos meses para terminar el proyecto y al ver que no mejoraban las cosas se programó una junta con los trabajadores y superar las diferencias entre ellos. Esta reunión terminó acompañada de unos buenos alcoholes a excepción de uno de ellos: Alberto, quien era el más serio y reservado.

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Una construcción tubular.

Al día siguiente únicamente llegaron tres hombres para comenzar la jornada y entre ellos acordaron que Alberto trabajaría en la parte superior y los otros dos en la parte inferior pues debían afinar los detalles del primer piso y así comenzaron con sus actividades. Lo que pasó después fue casi increíble sin embargo nadie sabe a ciencia cierta lo sucedido realmente. Lo único que se sabe es que los dos trabajadores del primer piso comenzaron a escuchar los gritos de terror de Alberto.

Los dos albañiles no terminaban de comprender lo que pasaba ni si quiera habían comenzado a caminar para buscar a Alberto cuando escucharon un golpe fuerte contra el concreto y cuando pudieron ir a ver qué pasada, el trabajador estaba muerto en el piso y con los ojos totalmente abiertos con una expresión de terror tal como si hubiera visto al demonio.

Se llamaron a las autoridades y después de recoger el cuerpo nadie comentaba nada de lo sucedido. Después de algunos días la tragedia se repitió de nuevo, pero con otro de los trabajadores, no obstante, antes de que cayera pronunció una frase que dejó atónitos a los que se encontraban ahí: «No quiere que estemos aquí». Al conocer estos hechos los trabajadores decidieron irse de la construcción, sin embargo, el dueño de la casa no frenó el trabajo y con el objetivo de mostrar a su hija el lugar donde sería libre la llevó al sitio.

De algún modo la pequeña llegó al nivel más alto de la construcción sin la supervisión de nadie. Su padre comenzó a buscarla con cierto temor y de pronto escuchó un ruido que le heló la sangre, pues tal parecía que algo grande y de metal había caído en el concreto. El señor supo lo que había pasado y aunque se negaba a aceptar la realidad era que su razón de existir, su hija, estaba muerta.

¿Por qué La casa de los tubos se hizo una leyenda?

Después de las tragedias sucedidas en la casa de los tubos nadie tuvo el valor de habitarla, pues después de la muerte de la pequeña el padre regresaba constantemente y entre tanto dolor decidió terminar con su vida en el mismo sitio donde su más grande tesoro había dejado de existir.

En los siguientes cuarenta años la construcción sin terminar se convirtió en el escenario de pactos suicidas, en testigo de muertes inexplicables y apariciones extrañas. El terreno quedó vacío hasta el año 2016 cuando se demolió la vieja construcción para dar paso a una nueva casa y de este modo terminó la leyenda de La casa de los tubos.

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