La leche de almendras es una opción ideal para quienes buscan mantener una dieta baja en grasas y saludable, o para aquellos que desean suspender la ingesta de productos de origen animal. Sin embargo, muchos de los productos que encontramos en las tiendas no suelen contener los ingredientes adecuados para cumplir con los requisitos de una alimentación saludable.
Según los expertos, lo mejor es preparar tu propia leche de almendras, por lo que a continuación te mostraremos cómo hacer tu propio producto, pero antes, veamos un poco de sus propiedades.
¿Cuáles son las propiedades de la leche de almendras?
La vitamina B que proporciona la leche de almendras, favorece el metabolismo y, gracias a su contenido de fibra soluble e insoluble, protege la pared intestinal, especialmente el colon, ayudando a regular la absorción de azúcares y colesterol.
Así mismo, es rica en grasas y proteínas en relación con su contenido de carbohidratos. Por esta razón, no provoca un aumento en los niveles de azúcar en la sangre, así que pueden tomarla personas con diabetes y aquellas que siguen una dieta baja en carbohidratos.
Para aquellos con niveles altos de colesterol o triglicéridos, su consumo es crucial para reducirlos. Optar por esta bebida vegetal como opción diaria aporta nutrientes esenciales a través del salvado y el germen. Además, es una de las bebidas con menor riesgo de causar reacciones alérgicas.
Muchas personas con gastritis o problemas gastrointestinales modifican su dieta para incluir leche de almendras, ya que mejora su condición. Beber un vaso de leche de almendras diariamente estimula los procesos digestivos e intestinales y previene problemas como el estreñimiento, la inflamación y los gases.
Además, refuerza el sistema inmunológico y mejora la capacidad del cuerpo para combatir los microorganismos que afectan el sistema respiratorio. Finalmente, las almendras aportan energía adicional y son ricas en antioxidantes, lo que ayuda a reducir el impacto de los radicales libres en el cuerpo, moléculas que aceleran el envejecimiento de la piel y otros órganos.
También te puede interesar: Transforma tu salud añadiendo Jugo Verde a tu dieta
¿Cómo preparar la leche de almendras?
- 100 gramos de almendras crudas de la variedad marcona.
- 1 litro de agua.
- Una pizca de sal.
- 2 dátiles para endulzar (opcional).
Preparación:
Paso 1
Lo primero que debes hacer es dejar las almendras en remojo durante, al menos, seis horas. Lo ideal es ponerlas a remojar antes de irte a la cama y dejarlas reposar en agua toda la noche. Esto ayudará a ablandar las almendras y facilitará su procesamiento.
Paso 2
Transcurrido el tiempo de reposo, cuela el agua e incorpora las almendras a una licuadora o vaso de batir. Si las almendras tienen piel, puedes pelarlas en este paso, aunque es opcional.
Paso 3
Añade el litro de agua, una pizca de sal y, opcionalmente, dos dátiles deshuesados o cualquier otro endulzante de tu agrado. Los dátiles no solo endulzan, sino que también aportan nutrientes adicionales.
Paso 4
Bate todos los ingredientes hasta obtener una bebida completamente homogénea. Esto puede llevar unos minutos dependiendo de la potencia de tu procesador de alimentos.
Paso 5
Vierte la leche de almendras en un recipiente pasándola previamente por un colador. Puedes utilizar una bolsa para hacer leche vegetal, una tela limpia o un colador de malla fina para asegurarte de que la bebida quede suave y sin residuos.
Paso 6
Sirve inmediatamente o transfiere a la nevera para consumir fría. La leche de almendras casera se conserva bien en el refrigerador durante 3 a 5 días. Asegúrate de agitar bien antes de cada uso, ya que puede separarse con el tiempo.
Tipos de almendra y su impacto en la receta
La almendra Marcona se destaca por su calidad superior y es ideal para esta receta debido a su capacidad de aportar un sabor suave, una cremosidad notable y una textura sedosa. Sin embargo, puedes experimentar con otras variedades de almendra si lo prefieres.
Consideraciones sobre el agua
La cantidad de agua que utilices afectará la textura y la cremosidad de la leche de almendras. Si prefieres una bebida más ligera, utiliza un litro de agua por cada 100 gramos de almendras. Si buscas una consistencia más espesa, reduce la cantidad de agua a 500 ml o 750 ml.
Tips adicionales
Añadir sabores: Puedes experimentar añadiendo otros sabores a tu leche de almendras, como vainilla, canela o cacao en polvo.
Usar la pulpa restante: La pulpa de almendra que queda después de colar la leche no se desperdicia. Puedes usarla en recetas de repostería, batidos o como base para hacer galletas o panes.
Endulzantes naturales: Además de los dátiles, puedes usar miel, sirope de agave o incluso un poco de azúcar de coco para endulzar tu leche de almendras.
Hacer leche de almendras en casa es un proceso sencillo y gratificante que te permite controlar la calidad y los ingredientes de tu bebida. ¡Anímate a probar esta receta y disfruta de una deliciosa leche de almendras casera!