Prepara tu propia pomada de árnica y descubre sus propiedades

Pomada de árnica

La pomada de árnica es un ungüento muy común y popular en México y otras regiones del mundo, que todos hemos utilizado alguna vez para aliviar contusiones, dolores musculares, hinchazones y otros malestares. A continuación, te enseñaremos a preparar esta pomada casera. Pero antes, veamos las propiedades del árnica.

Propiedades de la pomada de árnica

El árnica debe su poder a las aproximadamente 150 sustancias activas presentes en sus flores de color amarillo, entre ellas, se encuentran flavonoides, carotenos, resina y aceites esenciales naturales. Además, contiene ácido silícico, una sustancia esencial y nutritiva para la formación del tejido y la estructura de la piel, que garantiza la retención necesaria de agua en nuestras células. Además, puede retener 300 veces su peso en agua, lo que convierte a esta planta en líder ideal para la regeneración del tejido conjuntivo después de lesiones, golpes o contusiones.

En el siglo XVIII, el árnica se utilizaba en el tratamiento del reumatismo y las varices. Posteriormente, estudios clínicos han demostrado que el extracto de árnica es eficaz como antiséptico, capaz de estimular la circulación sanguínea, aliviar el dolor y acelerar el proceso de curación.

El árnica (Arnica montana) es una planta medicinal conocida por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas, especialmente útil para tratar contusiones, esguinces, dolores musculares y artritis.

Propiedades de la pomada de árnica

Receta para preparar la pomada de árnica

Utensilios

– Frasco de vidrio para macerar el aceite

– Cazuela o sartén para baño maría

– Colador de malla fina o gasa

– Recipientes para almacenar la pomada (tarros de vidrio o latas metálicas)

– Cuchara de madera o espátula

Ingredientes

– 30 gramos de flores secas de árnica

– 250 ml de aceite de oliva

– 30 gramos de cera de abejas

– 5 gotas de vitamina E

– 15 gotas de aceite esencial de tu elección

Instrucciones

  1. Maceración del aceite con flores de árnica:

   – Coloca las flores secas de árnica en el frasco de vidrio. Vierte el aceite de oliva sobre las flores hasta cubrirlas por completo. Cierra el frasco y colócalo en una olla con agua para calentarlo a baño maría a fuego lento durante 2-3 horas, asegurándote de que el aceite no se caliente demasiado para preservar las propiedades del árnica.

  1. Filtrado del aceite:

   – Una vez listo, filtra el aceite usando un colador de malla fina para separar las flores. Asegúrate de extraer todo el aceite posible presionando las flores.

  1. Preparación de la pomada:

   – En una cazuela o sartén, calienta el aceite de árnica filtrado a baño maría. Agrega la cera de abejas y remueve hasta que se derrita por completo. Retira la mezcla del fuego y añade las gotas de vitamina E y el aceite esencial. Mezcla bien.

  1. Envasado:

   – Vierte la mezcla caliente en los recipientes preparados para almacenar la pomada de árnica. Deja que se enfríe y solidifique a temperatura ambiente antes de usarla.

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