La Ciudad de México es inmensa, con grandes construcciones majestuosas como el Palacio de Bellas Artes, el Monumento a la Revolución y la Catedral Metropolitana, que a través de las décadas han asombrado a los habitantes y visitantes. Por lo que era de esperarse que alrededor de estas estructuras se crearan relatos y leyendas que impulsarán su misterio y majestuosidad. En esta ocasión, hablaremos del Demonio de la Catedral Metropolitana.
Historia de la Catedral del Zócalo Metropolitano
La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México es el templo cristiano más grande y antiguo de toda América. Su construcción comenzó tras la conquista española del territorio mexicano en 1573 y concluyó en 1813. Este imponente edificio combina varios estilos arquitectónicos, como el gótico, barroco y neoclásico. La catedral se erige sobre el antiguo templo azteca de Tenochtitlán, lo que añade una capa de historia y misterio a su ya increíble estructura.
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La Leyenda del Demonio de la Catedral Metropolitana
Entre los relatos más populares y fascinantes que rodean la Catedral Metropolitana se encuentra la leyenda del Demonio del Zócalo. Según cuenta la historia, un ser demoníaco está atrapado en la torre oeste de la catedral, confinado allí por un sacerdote.
Tras la conquista española, los europeos comenzaron a difundir su religión entre los habitantes de la zona, lo que enfureció a los hechiceros y sacerdotes mexicas. Estos conjuraron a un antiguo dios del caos para detener la evangelización y expulsar a los conquistadores.
A partir de entonces, diversos eventos catastróficos y sobrenaturales comenzaron a interrumpir la construcción de la iglesia, incluyendo una inundación en 1629. La lluvia duró 36 horas, sumergiendo la ciudad bajo el agua, y algunos historiadores afirman que la inundación tardó cinco años en desaparecer. Este evento está registrado en la escultura de cabeza de león ubicada en la calle Madero y la calle Motolinía, que muestra la altura a la que llegó el agua.
Después de esta catástrofe, dos frailes encontraron un sarcófago blanco en la catedral. Al intentar inspeccionar su interior, huyeron aterrorizados, asegurando haber visto una criatura ni humana ni animal, con una mirada llena de odio y terror. Días después, se realizó un exorcismo tan poderoso que se dice que hizo temblar el suelo, acompañado de fuertes rugidos que se escuchaban desde lejos.
Se cuenta que hasta el día de hoy, el demonio sigue encerrado en la Catedral Metropolitana, emitiendo ocasionalmente sonidos que llaman la atención de aquellos que pasan por el lugar, esperando ser liberado de su encierro una vez más.